sábado, 31 de enero de 2009

¿PREVENCIÓN DEL DELITO? ¿EN MÉXICO?

Antes que nada, quisiera decir que el título original de este post debía ser "Prevención del delito en México", pero preferí redireccionarlo como pregunta -un tanto sarcástica-. Aunque considero prudente, dentro de las siguientes líneas, explicar por qué.
Hace un par de días tuve el honor de recibir una invitación para acudir al Encuentro Internacional por la Prevención del Delito, organizado por el Gobierno del Estado de Hidalgo, en conjunto con el Poder Judicial del Estado y la CONACYT. El evento se llevó a cabo los días 28 y 28 de enero, y contó con la presencia de importantes personalidades, como el Lic. Miguel Angel Osorio Chong, Gobernador del Estado, entre muchos otros, además de investigadores en el área del derecho penal, la victimología y la prevención del delito a nivel nacional y mundial.
Importantes -y por lo demás interesantes- temas se abordaron durante los dos días de trabajo. Antes que nada, debo brindar mi reconocimiento a los ponentes, quienes ofrecieron sus conocimientos y puntos de vista con toda la seriedad y respeto. Problema #1: las ponencias se brindaron en forma de conferencia breve, y no en forma de debate -que era lo esperable de una mesa de trabajo- por lo que los temas en realidad nunca se integraron en una conclusión grupal más o menos unificada. Problema #2: poco tiempo para dar respuesta a las preguntas de los concurrentes. De cualquier modo, por mucho de lo expuesto valió la pena la asistencia.
No quiero extenderme demasiado con los temas tratados, así que sólo comentaré algunos de los que me parecieron más relevantes:
El primer tema fundamental en ser abordado fue la necesidad de impulsar una Cultura de la Legalidad en México. ¿Qué significa "Cultura de la Legalidad"? Básicamente es la forma en la que, a las sociedades, y en especial a los jóvenes, se les enseña a conocer y respetar las leyes que rigen la vida diaria, así como los derechos y deberes propios y de los demás. ¿Qué tiene que ver la Cultura de la Legalidad con la Prevención del Delito? Todo. Cuando conocemos la ley y la acatamos, exigimos que los demás hagan lo mismo. Cuando desde niños reconocemos que la ilegalidad, la impunidad y la corrupción son los virus que destruyen la legalidad y la paz social desde su interior, como adultos buscaremos romper con esas conductas consuetudinarias y aprenderemos a exigir a las autoridades el digno y limpio ejercicio de su deber.
Tres ponentes sobre el tema: el primero, Lic Alfredo Rangel, manifestó ideas que notablemente se mostraron de extrema derecha, hablando poco de Cultura de la Legalidad, acusando de la totalidad de los crímenes en México a los pobres y desprotegidos, manifestando ideas tan absurdas como "sólo se debe justificar el uso del condón entre los pobres para que cada vez sean menos, y con esto, también en el futuro existan menos delincuentes" e incluso llegando a afirmar que la única forma viable de disminuir el delito es "no usando cosas costosas y no entrando en las zonas de riesgo de una ciudad". Traducido sea: ¿la culpa de la delincuencia es de la víctima por no prevenir, y no del estado por no brindar seguridad social? ¿o del delincuente por infringir la ley? ¿o de los pobres por ser muchos y sufrir carencias, hambre, ignorancia y olvido social? Entonces pobres de los ricos que deben enfrentarse a este panorama, ¿verdad? Ni hablar.
La segunda ponente, Lic Catalina Palmer Arrache, Consultora estadística para el ICESI (Instituto Ciudadano sobre Estudios de la Inseguridad) en su presentación -con diapositivas- sólo habló del porcentaje de delitos en México que son denunciados a las autoridades (alrededor del 13%), aunque nunca mencionó el porcentaje real de esos delitos denunciados que finalmente son sentenciados y castigados (menos del 0.01%, es decir, menos de 1 de cada 1000), lo que habla de una impunidad en México del 99.99%. Alarmante. Por falta de cálculo en sus tiempos, la presentación quedó a la mitad, por lo que en realidad no logró presentar conclusión alguna. Pero una recomendación si me pareció importante: en nuestro país las políticas y estrategias para prevenir el delito no deben basarse en las cifras oficiales (es decir, en ese 13% de delitos reportados) sino en encuestas anónimas de victimización a población abierta, vía con la cual en numerosos países de Europa y Sudamérica se han modificado las normativas y la coordinación policiaca, obteniendo resultados satisfactorios.
Quizá la mejor ponencia del tema la presentó María Elena Morera, coordinadora del organismo "México Unido Contra la Delincuencia" (http://www.mucd.org.mx/), quien brindó estrategias concretas para fortalecer la Cultura de la Legalidad, ofreció direcciones de internet donde se pueden consultar vías de enseñanza y fortalecimiento de la legalidad y la prevención del delito -como la que anoto arriba- e incluso se encuentra en pláticas con los gobiernos de distintos estados de la República Mexicana para lograr la introducción de la materia de Cultura de la Legalidad en el plan de estudios de enseñanza primaria y secundaria -¡contribución que me parece valiosísima!-. Una de las charlas más interesantes del encuentro.
Segundo tema importante: la comparación de la inseguridad y las estrategias para combatirla entre México y otros países. El mejor ponente sobre el tema fue el Dr. Irvin Waller, originario de Alberta, Canadá, Presidente del Centro Internacional para la Prevención de la Delincuencia en Montreal. En su conferencia magistral logró comparar las cifras del crímen en nuestro país con otros focos rojos en el mundo, como lo son Boston, Nueva York y Bogotá. Primer punto de interés: el mundo, fuera de México, no es tan rosa como muchas veces llegamos a imaginarlo. Los índices delictivos en esas ciudades, como en tantas otras, alcanzan cifras impresionantes -principalmente aquellos vinculados con el narcotráfico-. Segundo punto relevante: NO han sido las políticas de represión, mediante violencia y actos policiacos, las que han disminuido la criminalidad en esos lugares, sino la organización ciudadana, la acción social bien dirigida, los centros de identificación de jóvenes de riesgo para brindarles orientación y educación cívica y de legalidad, el incremento en las fuentes de empleo, la información a la sociedad sobre sus derechos y la transparencia en el actuar político. En resumen: la lucha contra el crimen ejercida a través del ejército y de la violencia sólo tiene un final: la derrota. Tristemente, la organización social requiere de Cultura de la Legalidad, algo que en México se busca a toda costa mantener en el olvido, debido a que pone en riesgo intereses de grupos de poder. A muchos de nuestros gobernantes y representantes -a muchos, que no a todos, la verdad sea dicha- no les gusta la rendición de cuentas, ni el ser cuestionados en su actuar. ¿Transparencia en México? Sin comentarios.
Tercer concepto importante: prevención concreta del delito en las sociedades de riesgo. Según el ponente de la segunda conferencia magistral, originario de Italia, Prof. Massimo Begnini, existen ciudades como Bologna que, al enfrentarse a niveles elevados de delincuencia, desarrollaron estrategias inovadoras como la creación de la "arquitectura de la seguridad" -zonas residenciales que cuentan en su interior con escuelas, centros comerciales y parques con todos los servicios, rodeadas de altas murallas, fuera de las cuales queda el resto de la ciudad-, con la desventaja de que no toda la población tendrá acceso a las mismas. Otro punto discutido: la legalización de las drogas para disminuir la violencia y la corrupción asociada a las mismas. El Prof. Begnini tiene toda razón en un punto: en la actualidad, ¿cómo podemos esperar la desaparición en la sociedad de un producto cuya producción es ilegal, pero cuyo consumo no lo es? Una mal aplicada moralidad y un abuso en la mala interpretación de los Derechos Humanos hace que no sea delito grave el consumo de estupefacientes, con lo que la demanda siempre está presente. Y si hay demanda, pase lo que pase habrá oferta. Y si es ilegal, mejor aún, ya que los costos de venta pueden ser muy, muy elevados. Sólo hay dos vías de atacar al narcotráfico: legalizar producción y consumo -con lo que se acaba con la mediación ilegal, los costos disminuyen en alto porcentaje, y hay pérdidas millonarias para las mafias- o volver tan ilegal el consumo como la producción -con lo que el temor a las penas disminuiría notablemente el número de consumidores, bajando los ingresos de compra y volviendo, eventualmente, insostenible la producción-. Nuevamente, dos problemas al respecto: primero, ningún país se atreve a aplicar alguna de estas dos medidas en forma seria mientras Estados Unidos -el principal consumidor a nivel mundial- no haga lo mismo; segundo: a ningun gobierno en Centro y Sudamérica le es conveniente acabar con el narcotráfico ya que los ingresos que numerosos representantes del ejecutivo, legisladores, secretarios, ministerios públicos y altos y medianos dirigentes del ejército y las policías estatales y municipales reciben por vías de sobornos y chantajes por parte de los capos del narcotráfico y de diversas mafias y grupos terroristas son gigantescos. Así que, además de la organización social y la autoprotección, no hay proyectos reales para una mayor seguridad civil, por lo menos hasta el momento.
Problema #3: al cierre de las jornadas, fue el turno de los representantes del Poder Judicial del Estado de Hidalgo para presentar su estrategia para mejorar la seguridad social, ampliar la cultura de la legalidad y prevenir el delito en el estado. Cifras, porcentajes, sexo, edad e incluso ocupación de la mayoría de delincuentes, así como los delitos más frecuentes, se mostraron en forma de gráficas de pastel y organigramas en diapositivas varias. Pero al final, sólo una diapositiva mostraba alrededor de 5 puntos que "se van a discutir y se va a buscar poner en práctica" -¿cuándo? no lo sé, tal vez algún día; ¿dónde? nunca se mencionó; ¿cómo? nadie sabe- para disminuir el delito. Cada uno de los 5 puntos tan común como el anterior, lo que sólo me hace pensar que no se buscó modificarlos de acuerdo con todas las expertas opiniones y temas debatidos durante los dos días previos. Nunca se mencionó si el Estado de Hidalgo aceptará buscar establecer la materia de Cultura de la Legalidad en primarias y secundarias, y no se vislumbraron propuestas para crear cuerpos ciudadanos o programas de prevención y educación para niños y jóvenes en colonias y ciudades de mayor riesgo. Todo se redujo a lo habitual: una policía unificada nacional -de la que, pienso, no han estudiado con calma los enormes riesgos de corrupción y abuso del poder que acarrearía-, mayor represión y mayores penas. En fin, tantos expertos mundiales, y creo que fueron escuchados tan poco...
Y mientras estos temas se planean y discuten por las autoridades, todos seguimos recibiendo correos electrónicos de amigos y conocidos con recomendaciones para prevenir secuestros, para comportarnos durante un asalto, para no ser extorsionados por vía telefónica, para actuar durante una balacera en un sitio público, para lidiar con una autoridad corrupta, para lograr que una denuncia sea perseguida, para escondernos si durante una fiesta un grupo de narcos o de "zetas" se apodera del lugar... es decir, estamos haciendo como sociedad abierta y anónima lo que debería ser obligación del Estado, "para que no te pase a tí", como ya le ha pasado a tantos en México. Las vías electrónicas se han convertido en la principal forma de compartir experiencias y de unificar a la sociedad en el acto de repudio a la violencia que nos consume como país, y que por amenazas o incursiones monetarias en otros medios masivos de comunicación -como la TV- nunca veremos.
En resumen: la teoría sigue siendo verdaderamente fascinante, y ofrece amplios temas de debate e investigación. Pero en la práctica, en la triste realidad de nuestro país, y hasta el día de hoy, SÁLVESE QUIEN PUEDA... Y COMO PUEDA.
Un Testigo Ocular.
Son fuertes los rumores que corren acerca de las supuestas declaraciones del Subsecretario de Defensa de los Estados Unidos de Norteamérica, hace unos días: "si en México el ambiente de inseguridad no es superado, y los intereses de su país se ven amenazados hacia la frontera sur, no se descartaría una invasión militar a territorio mexicano, como en su momento se hizo en Irak". Si lo anterior es cierto, ¿por qué ningún alto dignatario de la política Mexicana, incluyendo tanto al Presidente de la Nación, al Secretario de Defensa, al Secretario de Relaciones Exteriores, o algún Gobernador, ha levantado la voz en forma pública y frente a los medios de comunicación para declararse en contra de tan aberrante discurso norteamericano? Nada. Todo en silencio. Tal vez, de ser ciertas estas declaraciones, para ellos es mejor que alguien más venga a arreglarles el problema. Cuanta tristeza...

sábado, 3 de enero de 2009

EN LA ESCENA DEL ALMA DE LA NOCHE

(BREVES Y AZAROSOS FRAGMENTOS LITERARIOS QUE INTENTAN SER POÉTICOS, INSPIRADOS POR LA OBRA EN PIANO DE DARIÁN STAVANS)
1-En tu cuello, tierra de nadie en la dura batalla entre tu razón y los instintos de tu cuerpo, es donde se plantan mis labios en el olvido fingido de la noche. Me pones a prueba, acercándote en el silencio de los tiempos, callando con el cuerpo cerrado lo que tus labios entreabiertos intentan susurrar; y tu guerra por mis manos, y el territorio de tu cuello permanecen tan lejos como dos exhalaciones de ti. Aún quedan en tu piel los besos y restos de mis batallas, queda tanto por decir. Pero en la tierra de nadie, en la larga franja de sal suave y de perfume de tu cuello, donde tu mente y tu cuerpo se cuentan historias entre sí, es donde me tienes, es donde me guardas, es donde te escribo mi rendición.
2-Escucha, guarda silencio. El principio te llega como llega el viento a la noche, mudo, pálido, pero sintiendo su paso sobre los rostros de los dos. Escucha, estira los dedos. No hay nada más fuera de ti. Eres espera, y canción guardada, y en cuanto abras los ojos verás que mis manos tienen un lugar para ti. Escucha, prueba el sabor del más dulce atardecer, y no olvidarás que nada queda, nada viene, y nada siente si no es a través de la sonrisa que surge para ti.
3-Un par de camas, siete caminatas, tres menguantes y una rosa fresca es el tiempo que ha pasado ya desde la última poesía. Ya casi no quedan noches, o no las siento, y las palabras se quedan en ideas de un verso que no llega a ser jamás.
La poesía. Nada me duele más. Cruza las calles y las historias, convierte en sinfonía la vida del poeta –que quizás nunca pasó de ser primera nota— y deja que la marea traiga hasta mí la piel vacía del animal que antes se llenaba con mi nombre.
Y es que nada surge de la dicha: tan solo de su posibilidad. La espera y la esperanza inspiran sueños, el dolor ajeno y compartido dejan en herencia la necesidad de sentir. Pero la paz me ha dejado a una mujer y muchas letras de distancia de mi pluma.
Vivo despierto. Y quiero volver a dormir.
4-El escritor atrapa a medio vuelo las historias para luego regresarlas al viento convertidas en mariposas marcadas con los recuerdos de una pluma impertinente. Las alas escritas con garabatos escarlata que luego la lluvia se encarga de desdibujar para convertirlos en olvidos arrastrados sobre la corriente que baña las calles lastimeras: tardes tristes y mojadas donde sólo un nostálgico sin letras se atreve a deambular.
El escritor arranca de sí los pensamientos uno a uno, y los arruga entre sus manos antes de lanzarlos por la ventana. Sigue lloviendo. Nada ha cambiado. Afuera, donde bajo el agua se entrelaza todo aquello que él no es, las notas despreciadas se suavizan hasta llorar todo su color. Arriba, desde la ventana, el escritor es testigo de esta muerte lenta; la tinta se esparce –indefensa— sobre las baldosas de rumbos habituales.
Tres vidas más tarde, y aunque casi ha dejado de llover, el escritor aun siente miedo de salir a cazar nuevas mariposas. La mano duele todavía, el café no logra apaciguar el temblor vacío de una pluma que ya ha dado todo de sí. No caen gotas, pero las casas vecinas siguen tan grises y mojadas como ayer. El escritor vuelve a mirar por la ventana. Todo, o casi todo, ha sido dicho ya.
5-¿Hasta qué punto la tristeza es capaz de explicar el mundo de lo disidente? ¿El mundo de todo lo que huye y se oculta de la palma de la mano? Porque no queda nada detrás del vidrio roto del cuerpo avejentado de la historia. Nada tras el azul o la caridad. Nada viene. No nos llegan nuevas de la piel de la nostalgia.
Las angustias, antes propias, se han tornado en diarios compartidos. Cuentos de mujeres de manos cortadas, que todavía nos quieren hablar con arrugas callosas y canastas de palma tejidas al borde de algún escalón. Y entonces todo toma sentido: no estamos perdidos. Solo nos hemos mantenido ocultos. Pero bajo las piedras, entre la hojarasca, tras el sentimiento, habíamos dejado ya el rastro de la palabra.
Ahora sólo nos queda un trozo, una voz, una semilla. Lo que una vez fue, lo que ya una vez se dijo, salió corriendo en pos de un pasado que no quiere dejar de irse todavía. Entre los dedos nos escurre la sangre de una música que antes sonaba como luz oscura. Somos disidentes, prófugos, profanos del ayer. El dolor no basta ahora para justificar la soledad.