domingo, 2 de agosto de 2009

EL PROBLEMA HUMANO (SEGUNDA PARTE)

RAÚL CONTRERAS OMAÑA

Continuando con nuestro intento de definición del problema humano, a todos nos queda claro que las funciones mentales superiores humanas (pensamiento, raciocinio, lógica, abstracción, cognición, cálculo) han sido herramientas indispensables desde antes del comienzo de la historia (definiendo este último como el momento en que el hombre desarrolló la escritura).

En la prehistoria el animal más indefenso de todos era sin duda el hombre primitivo. Carente de garras o colmillos, sin pelo grueso ni escamas, sin la capacidad de sobrevivir en el agua por largos periodos de tiempo o de poder escalar árboles y montañas, frágil ante el frío extremo, la lluvia o el calor, tuvo sin embargo la ventaja de ser el poseedor de la obra más compleja y perfecta de la naturaleza de que se tiene registro incluso hasta nuestros días: el cerebro humano. La mayor complejidad biológica y evolutiva, la herencia última y el resultado de millones de años de existencia del universo tal como lo conocemos se encierran dentro de las circunvoluciones de este órgano, tan misterioso como fascinante. Y el pensamiento elaborado, esa capacidad de reflexionar sobre nosotros mismos y nuestros actos, es precisamente el resultado de esa complejidad que llevamos guardada dentro del cráneo.
En marzo de este año, Pedro Chavarría Xicoténcatl publicó lo siguiente en uno de sus escritos de divulgación científica:
"Cuando nos creemos individuales no somos más que una parte del universo que ha adquirido conciencia y se atreve a emplear una palabra cargada del más profundo significado: Yo. Creo que soy, cuando en realidad el universo es."

Así que a pesar de su aparente indefensión física, el hombre consiguió sobrevivir y crear gracias a su superioridad mental, hasta erigirse como un auténtico señor de la naturaleza. Se unió con sus iguales desempeñando roles sociales complejos –primero en hordas nómadas y luego en tribus sedentarias— para protegerse de los peligros circundantes; consiguió domar animales salvajes a los que alguna vez temió, logró comprender el proceso de nacimiento y crecimiento de las plantas hasta desarrollar la agricultura, confeccionó vestidos con pieles, construyó hogares en las sólidas montañas, logró el control del fuego antes indomable, y finalmente desarrolló herramientas a partir de rocas, madera y hueso hasta que, con la invención de la rueda y el arado, llegó una transformación en el ciclo de las sociedades que no habría de volver a detenerse.

Pero en este momento el problema humano apenas estaba comenzando, y tan sólo se habían sentado las bases de lo que sería el pensamiento del hombre en el futuro. Tal como el mismo Chavarría escribió:
"La vida es un continuo amasar donde surgen figuritas capaces de mantenerse y hasta pensar sobre el pensar, que voltean hacia el firmamento y se maravillan, sin darse cuenta que es la misma masa lo que ven, que viajan sin saber que son pasajeros. La conciencia individual lograda por el cerebro humano es aún incompleta y no alcanza a entender qué es la vida ni cuáles sonn sus posibilidades últimas".
Pero de eso seguiremos charlando la próxima semana.

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