sábado, 7 de junio de 2008

REALIDAD Y POESÌA

Hacia 1958, el domingo 20 de abril para ser màs exactos, Salvador Elizondo escribirìa en su diario: "El mundo interior es inviolable. Eso por ahora es mi principio definitivo. Todavìa de todas las cosas que pasan, las que pasan en el alma del hombre son las màs importantes. El mundo exterior es sòlo una pauta, pero no la nota en sì. Por eso la poesìa como todas las artes (o la poesìa como elemento fundamental del arte) es hacer trascender al mundo objetivo lo que ya està dentro de nosotros y no pretender aprisionar el mundo dentro del ego para distorsionarlo y aberrarlo, los caminos del arte no son infinitos. Estàn determinados pordos posibilidades ùnicas: la creaciòn de Belleza y la creaciòn de Lenguaje. Lo fundamental es organizarse adecuadamente para cumplir esas funciones. (...) Ahora ya es necesario involucrar al mundo objetivo en la actividad poètica. Es decir, comprometerse con la realidad. Hacer del ejercicio de la poesìa una vocaciòn de verdad màs que de azoro."
Por el contrario, releyendo "El Otro", cuento escrito por Jorge Luis Borges y que aparece como platillo de entrada en "El Libro de Arena", me encontrè con un instante de la obra que me atrevo a calificar de fundamental -definiendo "Instante" como ese "pequeño punto en el tiempo que podemos congelar, casi fotografiar"; y definiendo "Tiempo" como aquella metafìsica "sucesiòn contìnua de instantes"-, y que hace mucho había olvidado: el punto en el que el viejo Borges le dice al joven Borges que "la poesía gana cuando sabemos que es el anhelo de un deseo, y no la historia de un hecho".
Yo me declaro de acuerdo con el segundo enfoque. En mi opiniòn, la poesia debe escribirse con el corazón y con la nostalgia, no con la cabeza. Un poema real y cerebral (léase Octavio Paz y compañía) puede ser demasiado perfecto, demasiado contado, demasiado métrico.... demasiado frío. Es como tratar de encontrar la vida en una rama seca. Por eso es difícil escribir un poema sobre un hecho histórico, una narraciòn épica o una biografìa: es tratar de dar calidéz, vida y movimiento a algo que hace mucho los perdió.
Las poesías no son realidades, y por tanto es muy complicado hacerlas funcionar como tales. Por si fuera poco, la mayoría de las personas olvida rápido ese tipo de escritos (a menos que se recuerden en homenajes bélicos o fechas históricas importantes). Pero los poemas, los versos que desde la primera lectura nos llegan al corazón, ahí se quedan para siempre. Como una flecha: entran de golpe, impactan, y desde ese instante sabemos que se quedarán ahí -tal como la primera vez que leí "Yo no lo sé de cierto" y "Horal" de Jaime Sabines, o "No te salves" de Mario Benedetti: puedo regresar a ellas miles de veces, releerlas a través de los años hasta el cansancio, y cada vez que lo hago siento que sigo leyendo lo que soy-.
Nos encontramos a través de la poesía, en la poesía nos reflejamos y nos desnudamos de todo cuanto mostramos al mundo del día a día, y sólo la poesía nos lee por debajo de la piel, nos conoce y reconoce, y nos deja desarmados ante lo que somos y lo que deseamos, lo que soñamos. La poesía conoce el anhelo, y lo guarda para sí bajo la clave de las letras -que nunca podrán decir las cosas tal y como nosotros las sentimos-. Clave que será después interpretada por cada persona que la lea, y que, como todo símbolo, significará cosas diferentes y provocará emociones disímiles en las decenas, cientos o miles de personas que la traten de descifrar. Semiótica pura de la poesía. Es maravilloso, un mundo de paz.
De cualquier modo, el debate podrìa seguir eternamente: ¿poesìa como testigo de la realidad? ¿poesìa como agente de la subjetividad y la introspecciòn? ¿poesìa como espejo? ¿como ventana? ¿como pintura? ¿poesìa como acto o como potencia? ¿como vivencia? ¿como nostalgia? ¿como pasado? ¿Poesìa como arma o como vìa de escape? ¿tortura o liberaciòn...? En fin; miles y miles màs que se me escapa recordar.
Creo que, independientemente de todo, el ànimo poètico apenas surge cuando el hombre descubre que estas preguntas existen, y la obra poètica finalmente ve la luz tras el parto doloroso de un alma que pasa años y años tratando de encontrar cada una de las respuestas perdidas.
La poesìa simplemente nace, y su llanto tras el primer respiro es un llanto inolvidable.

No hay comentarios: